Mencionando esta callejuela, recordamos a una de las más antiguas de nuestro pueblo.
Como su propio nombre nos indica, nos hace referencia al granero de trigo que pertenecía al Pósito de los diezmos y primicias, que administraba en la villa de Mures la Orden de Santiago a través de su Encomienda.
Se tiene constancia de que uno de los recaudadores de las alcabalas o impuestos de dicho pósito que llegó al pueblo fue Don Miguel de Cervantes Saavedra, coincidiendo además con que la primera parte del libro El Quijote lo dedica al Duque de Béjar.
En esta calle existió en otros tiempos una bodega y despacho de vinos de excelente categoría cuyo ultimo propietario fue D. Francisco Ponce Zurita (Francisquito el Niño) que fue Alcalde de la villa en los años 1920. Con él se adquiere en 1928 el reloj y campana de la Torre.



