Barriada Mures
Barriada Mures

Como su propio nombre indica, Mures, fue el primitivo nombre de Villamanrique de la Condesa que perduró durante siglos y durante diversas épocas históricas: tartésica, fenicia, ibero-turdetana, romana y árabe.

Dicho nombre está relacionado con la palabra tartésica murena de la cual proviene Mures; denominación que perduró durante muchos siglos.

Fechada en torno al 4000 a.C, se han encontrado importantes restos arqueológicos del período calcolítico y bronce inicial.

Mures sería una de las ciudades del Imperio tartésico. Hoy lo podemos comprobar al ser descubierta en 1978 la ‘Estela Tartésica’ de Villamanrique que los arqueólogos la fechan como un legado de aquella época.


Durante la época íbero-turdetana hay que relacionar la villa de ‘Mures’ (muris, que quiere decir ‘ratón’) con el lugar de ‘Gatus’; y traer a relucir la fábula romana dedicada precisamente al ‘Gato’ y los ‘Ratones’, bajo el título ‘Chatus et Mures’.

Mures, como villa prehistórica, parece provenir de la época fenicia de ‘Murex’ o Múrice, que procede de la concha del caracol marino empleado para el tinte del color púrpura. Hoy se encuentran numerosos cerros de fósiles marinos concheros.

El topónimo Mures puede referirse también a la existencia de una posible muralla alrededor de la población, como cuenta la leyenda de la dicha muralla con puerta de oro. En algunas cartografías aparece como Muros o Mines ¿Este ultimo nombre pudiera referirse a las minas de agua que parecer ser discurrían por debajo del pueblo? .

Su economía también se basaba en gran medida en la ganadería, pues Mures estaba en las proximidades de la importante cañada o vereda de la carne, que aún hoy existe y era paso obligado del ganado que allí pastaba. También se cuenta que Mures era famosa por la calidad de sus caballos y la abundancia del ganado bovino.

Mencionando a la Estela de Villamanrique, se puede decir que es una de las muestras más antiguas de las lenguas primitivas habladas en la península ibérica.


Fue hallada en el término municipal de Villamanrique, al sitio de Chillas, el día 22 de marzo del 1978, por los investigadores manriqueños Manuel Carrasco Díaz y Manuel Zurita Chacón. Actualmente, se encuentra depositada en el Museo Arqueológico de Sevilla, en la Sala XI.

Se podría afirmar, que es el primer documento escrito en tartésico, una de las lenguas más cultas de la Antigüedad. En la inscripción podemos descifrar lo siguiente: iroas rola.

Aunque se desconoce su verdadero desciframiento, podemos confirmar que la lengua tartésica no tenía uso funerario. Esta Estela es fechada entre 624 y 550 a.C
También procede de este yacimiento el llamado Bronce Carriazo. Éste es un relieve sobre una placa de bronce colada y ligeramente arqueada, fundido en una sola pieza que representa a la diosa Astarté con los brazos extendidos entre dos aves.

Tras ser conquistada por el rey Alfonso X el Sabio, se concede a la Orden militar de Santiago la posesión de la villa. Mures fue concedido a sus monteros reales, por ellos conocido como ‘Barrio de los Monteros’.
Por esa fecha, D. Íñigo López de Orozco adquirió una gran propiedad en Mures que, una vez repoblada, dio lugar a la Aldea de Gatos.

En 1570 se crea el Marquesado de Villamanrique de Zuñiga y, cuatro años después, se constituye el primer Ayuntamiento en 1574.
El nombre de Mures se mantuvo hasta el 25 de marzo de 1577, que cambió a denominarse Villamanrique de Zúñiga, en honor a su dueño Álvaro Manrique de Zúñiga.

La Barriada de Mures también se conoce en el pueblo como ‘Los Pitufos’