Gregorio Medina
Gregorio Medina

El nombre de dicha calle se remonta al Hallazgo de la milagrosa Imagen de la Virgen del Rocío por el cazador manriqueño Gregorio Medina, la tradición rociera manriqueña que se ha narrado oralmente por los vecinos de la comarca.

En época del rey Alfonso X el Sabio, empieza a desarrollarse una nueva forma de subsistencia: la cacería.
Precisamente así, se cuenta que Goro Medina, adentrándose en los bosques que rodeaban a la villa de Mures, encuentra a principios del siglo XV, en la chueca de un acebuche cerca de la legua del Coto del Lomo Grullo en el sitio denominado La Rocina, la divina imagen de la Virgen del Rocío, que posiblemente pertenecía a una extinta ermita existente ya en el siglo XIII.

Era esta imagen una pequeña escultura que al principio se confundió con una muñeca, ya que su tamaño no era mayor de una vara. De aquí la tradición de que el tamaño del ribete del sombrero antiguo coincide con el de la primitiva imagen, alrededor de 85 cm.

Según una tradición oral, se produce una disputa entre los habitantes de Almonte y Villamanrique sobre la posesión de la imagen. Esta situación se resolvió con el llamado juicio divino y que consiste en unir en una carreta dos yuntas de bueyes, una de cada pueblo, para que por su fuerza decidan dónde tendría que permanecer la imagen de la Virgen.
Puesto que los bueyes no lograron moverse hacia ningún lado, se decidió que la imagen permaneciera en ese lugar construyendole una ermita.

Esta historia queda recogido en multitud de documentos desde tiempo inmemorial, donde se narra lo siguiente:

»A Nuestra Madre del Rocío, se la encontró,
según nos cuenta la historia, un cazador.
Era de Villamanrique, que iba cazando,
vaya un encuentro gozoso, para contarlo.
Goro Medina era el nombre, del cazador elegido,
que echando suerte en la caza, hasta la Rocina vino.
En un viejo árbol de aqueste lugar,
vio la santa Imagen, postrose a rezar.
El cazador fue y dio cuenta al pueblo que pertenece,
que era el pueblo de Almonte al que la Virgen devuelve.
Vinieron por Ella y la veneraron,
Le hicieron una Ermita y aquí la dejaron.
¡Quién nos iba a decir que aquella Imagen
iba a hacer tantos milagros por todas partes!

En la actualidad, Goro (Gregorio Medina), forma parte del patrimonio de Villamanrique y se le hace mención en publicaciones, fachada del Ayuntamiento y numerosos actos que recuerdan tal descubrimiento.